Hay que abandonar aquello de: “Anda pesado y deja huella”. Porque mas que
andar pesado deberíamos andar seguro, viviendo cada paso y sintiendo,
sobretodo, que aquel paso que dejamos atrás no volverá jamás. El motivo no es que te
recuerden por la huella que dejaron tus pasos en el cemento, el fin es que te
recuerden, y que tú le recuerdes a ellos, que
la vida no está para caminar cargado, sino para hacerlo ligero, y que aquel que vive
sintiendo cada paso se da cuenta que no hace falta dejar huella para que te
recuerden.
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